6.3.09

Una segunda oportunidad...

Hace dos noches tuve el sueño más largo de mi vida y el que he recordado con más claridad. Fue como si hubiese estado durmiendo años. Todo empezaba en un deseo divino que me dio la oportunidad de arreglar todos mis desastres cometidos desde mi adolescencia. Y así Dios o quien fuese mandó mi mente con todo lo vivido hasta ahora a mi cuerpo de 15 años. Estaba en el segundo trimestre de 4º de ESO, ya no quedaba nada para acabar el colegio, y yo estaba allí, con mi mente de 21 años en el cuerpo de 15. No me lo podía creer, de verdad tenía una segunda oportunidad!. Gracias a los cnocimientos que ya poseía sacaba notazas sin esfuerzo, pude aconsejar y llevar por el buen camino a más de un amigo porque sabía lo que le iba a pasar en el futuro, conseguí grandes cosas en mi familia, no tenía ninguna vergüenza de mostrarme tal y como era (cosa que en realidad no pasó) y no tuve por qué esconderme detras de una cortina de pelo ni unas pintas desaliñadas porque estaba orgulloso de como era y de quién era. El colegio acabó rápido y pude elegir instituto, no fui al SJO fui directo al Llompart porque sabía que te encontraría allí. Y llegó el momento de empezar las clases, yo llamaba a todo el mundo por su nombre aunque era el primer día que nos veíamos; me reuní con la que sería mi futura pandilla y te busqué entre la gente. Por fin te vi, allí estabas, al principio me sorprendió ver cómo eras en aquel entonces, tan feliz, y algo se removió en mi interior, me dije a mí mismo: -Si pasas de ella ahora, evitarás que sufra a tu lado como lo va a hacer, si la evitas no sufrireis ninguno de los dos. Era verdad lo que me decía, pero mi yo de 21 la amaba demasiado como para no intentar ser el hombre perfecto para ella desde un principio. Y por poco lo consigo, pero ella no era tonta, sabía que algo raro pasaba, era demasiado perfecto, como si supiera todo lo que iba a decir o pasar, hasta que empezó a temerme. Visto ese sentimiento que había despertado en ella me decidí a confesarle lo que me había pasado, que me habían dado una segunda oportunidad y ella me creyó. Y me respondió: -Si en el futuro se terminó, será porque se tenía que terminar, creo que has hecho mal en volver atrás a intentar recuperar algo que acabará igual, yo seguiré siendo la misma, el único que ha cambiado eres tú. Aquellas palabras se me clavaron como un puñal, y sabía que eran verdad. Pasó el instituto y cómo sabía de que iban todos los examenes aprobé yo y todos mis amigos gracias a mí, incluida ella, a la que ayudé porque no quería que repitiese. A partir de aquí no mantuvimos ningún tipo de relación, ella hizo su vida y yo hice la mía. Y desde aquel día en que mantuvimos la conversación no dejaba de pensar: -¿Y para qué he vuelto? !Si el mismo dolor del que escapé me ha encontrado ahora, incluso antes de que haya pasado nada! Y pese a haber soñado tanto y haber vivido 3 años de mi vida enteros en una noche cuando teníamos que empezar la carrera mis amigo y yo el despertador (que no perdona) sonó. Y no pude ver cómo habría sido la vida si todo eso hubiera pasado. La pena es que la vida no da segundas oportunidades, y pensandolo bien es mejor así. Si nunca cometieramos errores no aprenderíamos nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario